Evaluación cuantitativa

La evaluación del riesgo se define como la caracterización cualitativa o cuantitativa y la estimación de los posibles efectos adversos para la salud asociados con la exposición de individuos o poblaciones a peligros (compuestos químicos o agentes microbianos).

Los primeros trabajos desarrollados para los PSA se enfocaron al ámbito microbiológico, dado que desde el punto de vista sanitario se considera más importante el riesgo asociado a los brotes hídricos por la inmediatez del riesgo asociado (muy frecuentes en los países subdesarrollados), frente a los problemas asociados al riesgo químico, que habitualmente derivan en efectos a más largo plazo (carcinogenicidad, mutagenicidad, toxicidad para la reproducción, alteración endocrina, entre otros), además de los efectos de toxicidad a más corto plazo. Sin embargo, la evaluación de los riesgos químicos se incorporó pronto a la metodología de cuantificación (Havelaar y Melse, 2003), siendo actualmente un campo relevante en la evaluación de los contaminantes emergentes (Baken y col, 2018; Cantoni y col 2021, OMS 2021).

La forma en que se gestionan los riesgos dentro de la sociedad se formula dentro del área de análisis de riesgos, que incluye tres componentes (Haas y col., 1999):

1º)        evaluación del riesgo;

2º)        gestión del riesgo;

3º)        comunicación del riesgo.

Que están altamente interrelacionados y que se deben trabajar juntos para un adecuado análisis de riesgo.

La evaluación de riesgos se divide en cuatro etapas (CAC, 1999):

  1. identificación de peligros;
  2. evaluación de la exposición de la población y las vías, cantidad y duración de la exposición;
  3. evaluación de la dosis-respuesta;
  4. caracterización del riesgo.